Stay up late / Wake up early / Hate the earth
Esta es ya la tendencia
de los Millennials o “Generación Y”,
aquellos jóvenes menores de 30 años que nacieron en una época de
prosperidad económica, que han tenido mayor acceso a información, mayor
preparación intelectual, conocimiento de las tecnologías; críticos, impacientes
y un tanto egocéntricos. El diario The Washington Post publicaba en un estudio
que la elección de carrera de estos jóvenes no estaba definida por el salario
sino por el estilo de vida, y precisamente eso, el life style, es lo que define en gran parte sus prioridades.
Los Milleannials se
ponen objetivos a corto plazo, reniegan de las formas operarias de empresas
creadas por generaciones anteriores, algunos deciden apartarse del sistema y
trabajar como freelance. Esto no es
algo seccionado, es un fenómeno global que tiene como causante un bombardeo de
información, muchos estímulos, la capacidad económica de sus padres para
brindarles capacitación especializada, el boom del internet, experiencias
globalizadas, y también, por qué no decirlo, mayor apertura y una rebeldía
“autorizada”.
Sin embargo las cosas
no pintan tan bien para estos jóvenes sobre estimulados, ya que luego de vivir
una infancia de facilidades, al crecer se enfrentan a un panorama distinto,
porque ser empleado en estas fechas no representa las mismas oportunidades que
tuvieron tus padres. Simplemente en nuestro país el 93% de los jóvenes gana menos
de 10 mil pesos mensuales, aun cuando estos profesionistas hablan más de dos
idiomas, dominan herramientas computacionales, han tomado cursos o talleres de
especialización y están capacitados para la realización de proyectos, de
propuestas. Al Millennial le gusta crear, innovar y no se siente satisfecho
acatando… tal vez ese es el gran problema.
Un estudio de Boston
Consulting Group, afirma que estos jóvenes casi
no compran inmuebles ni coches, sin embargo, destinan
alrededor de la mitad de su presupuesto mensual a las compras online. Esto nos
abre la burbuja de una escena común: llegas a un Starbucks y te encuentras al
chavo que siempre se distinguió por su erudición sentado solo o con su pareja
frente a él, ambos con una Mac abierta, un café venti junto a la computadora y
su rostro fijo en alguna página de internet. ¡Vago! ¡De qué le sirve tanto
estudio! ¡Pobre muchacha, qué futuro tendrá con él! ¡No tiene dinero para
rentar una casa, pero ya trae Mac nueva! – esas son las voces de generaciones
anteriores o de las clases más privilegiadas.
Stay up late /
Wake up early / Hate the earth
Esta rutina también
enferma y desestabiliza a los jóvenes. Sus hábitos van más allá que sólo los de
consumo. La Generación Y tiene que trabajar el doble para lograr sus objetivos,
para ellos no es tan fácil formar una familia, porque su trabajo - porcentualmente - no
vale lo mismo que antes, porque ahora la mujer también emprende, también
trabaja , y dadas las circunstancias, cada vez está menos dispuesta a dejar de
generar recursos para atender al marido; ahora los hijos son más demandantes,
el consumismo los consume y la poca presencia de los padres en casa se
reemplaza por objetos o métodos vagos de entretenimiento… parece difícil, ¿no?
Los Millennials duermen
tarde, se despiertan muy temprano y muchas veces ese cansancio mental, esa
desesperación de no materializar el esfuerzo se convierte en un Hate the earth.
Esto, bien pudo
redactarse en primera persona del plural.
Lucía Olivares
@Olivareslucia
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