martes, 7 de octubre de 2014

Niña Diente de León

Había una vez una niña con muchas ganas de volar.

Ella siempre decía que le gustaba estar arriba, ver desde lo alto, pero era tan pequeña e inexperta que creyó que la mejor solución sería volar; así que dedicó varios días, meses, años a construir unas alas grandes y fuertes para conocer el cielo. Le entusiasmaba el día que pudiera usarlas por primera vez.
Ella podía pasar semanas enteras sin despegarse de las alas, tenía que estar muy bien hechas, si no podría caer y algo así sería intolerable. Al asomarse por la ventana venía algunos niños jugar con pelotas, con muñecas o paseando en bicicleta; pero a ella esos juegos terrenales no le interesaban, porque lo tenía muy claro: quería volar.

Hasta ahora nadie sabía esto, pero en realidad la niña usó las alas antes de que su tutor aprobara su calidad y fortaleza. Voló como el hada más fina y ligera que puedan imaginar,  como si fuese un diente de león, esas florecillas que usamos para pedir un deseo mientras soplamos y vemos como sus partes vuelan y desaparecen al mismo tiempo. Con esa ligereza, con esa finura y con ese esplendor, la niña se movía por el cielo, maravillada por las nubes y el viento fresco que la hacían respirar distinto.

Pero ahí, en el cielo, se topó con otras hadas más grandes que ella, y la niña, al sentirse cumplidora de deseos, permitió que soplaran frente a ella y aunque poco a poco sus partes más delicadas se desprendían, ella seguía flotando y permanecía cerca de quien tenía un anhelo, de quien necesitara de su ayuda. Hasta que un día, alguien sopló con mucha fuerza sobre ella, dejándola tan  débil que ni siquiera esas alas construidas en años pudieron levantarla y quedó ahí, al ras de los edificios y el smog, observando de cerca los terrores de la tierra y mirando hacia arriba las aspiraciones del cielo. Quedó ahí, como un hada complaciente, como una débil flor, como una niña sin alas, como un avión sin despegar.



Vuela, vuela, vuela… que el viento siempre te lleve hacia arriba.

Lucía Olivares.
@Olivareslucia

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