jueves, 18 de septiembre de 2014

Una vida sin

  
Una vida sin compromisos…  sin buenos días, sin buenas tardes.
Una vida de tiempos muertos o tiempo libre o tiempo para ti.
Una vida sin jerarquías.
Una vida sin líneas.
Una vida sin agenda, sin recordatorios, alarmas, ni despertadores.
Una vida sin maquillaje, sin posiciones erguidas, sin servilletas sobre las piernas.
Una vida sin marcas, sin comparaciones, sin banalidades.
Una vida sin permisos, sin arrepentimientos, ni favores.
Una vida sin gastos inútiles.
Una vida sin presiones ajenas, sin órdenes, sin inclinaciones de cabeza.
Una vida sin cartera.
Una vida sin prisa, sin cambios de atuendo, ni bolsas largas.
Una vida sin ojeras, pestañas caídas, ni puntas secas.
Una vida sin cepillo, crema, perfume y desinfectante en la bolsa.
Una vida sin noches cortas.
Una vida de largo despertar.
Una vida con personas que no les cueste decir la verdad.
Una vida sin miedo.
Una vida sin complejos.
Una vida sin despedidas.
Una vida con besos eternos de buenas noches.
Una vida acompañada.
Una vida con los tuyos y no con los otros.
Una vida llena de sueños, llena de sonrisas, llena de paz.
Una vida donde mandes tú.
Una vida de risa y no de burla.
Una vida diseñada por ti.

A veces permitimos que nos dibujen hasta la sonrisa, que nos borden el vestido y nos encajen la peineta. A veces agradecemos a quien nos regala la cuchara para menear la sopa, a quien nos tiene podando el jardín, a quien nos despierta temprano cada mañana.


A veces permitimos hasta que nos dirijan la mirada…




Lucía Olivares
@Olivareslucia

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