viernes, 21 de febrero de 2014

Sin irnos tan lejos...

 
       Somos una sociedad que juzga constantemente… TODO. Los defensores de los derechos humanos, de los animales, del ambiente, son también jueces duros, que defienden sus posturas señalando y atacando las de los demás. El vegetariano se molesta con el que come carne, el que camina se molesta con quien conduce un coche, el que reza con quien no lo hace, y miles de etcéteras.
El que come mucho quiere que todos coman la misma cantidad que él, el que toma hasta el hartazgo quiere que todos se encuentren en su mismo estado, al que se le antoja una nieve desea que todos experimenten ese antojo al mismo tiempo. El que ama quiere que lo amen de la misma manera, el que ya se quiere ir quiere que todos se vayan con él. ¡ESPÉRATE! ¿Sabes qué es la diversidad?, las diferencias no forzosamente se ven, no necesito tomar la mano de una persona de mi mismo sexo, ni que mis ojos sean más rasgados, ni andar descalza para formar parte de un grupo al que la sociedad “pueda” aceptar. No incluimos… somos torpes, buscamos siempre iguales y no encontramos… o encontramos y ¡qué pereza!
Creo que no estamos dando pasos, sino que queremos saltar y es peligroso porque la tierra aún no está firme; creo que estamos tomando decisiones desesperadas y no nos hemos dado cuenta que hace falta trabajar muchísimo en nosotros mismos, porque somos duros, porque así como señalamos somos señalados, porque a nuestra educación le falta educación… queremos un mundo armonioso y no somos armónicos.
Es fácil pretender ser incluyente y defender lo estereotipado: las razas, la sexualidad, las clases sociales, las profesiones; pero es igual de importante el respeto que le das a una persona que no piensa y que no vive igual que tú, aunque tenga tu misma edad, tus mismas preferencias sexuales, tu misma clase social; aunque vista muy similar a ti y su piel haga juego con la tuya. Hablamos de incluir como si eso significara mezclar agua con aceite, como si necesariamente fuera una referencia de opuestos, de tintes radicales, de cosas que no embonan, pero no. No somos una sociedad incluyente... y me incluyo.
 
 
 
 
Gastamos nuestra vida tratando de agradar a una sociedad que no nos agrada.
 
 
Lucía Olivares
@Olivareslucia

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