Las alas
están abiertas ya, hay historias que terminan, círculos libres de
vicios, alivios verdaderos, suspiros eternos. Están las personas que
se iban, las que no regresaban, las que no sé si estarán, las que
no sé si se van; estoy yo, aquí por ahora, por un tiempo, hasta
mañana, sólo sé que no por siempre. Está mi cuerpo cada vez más
pequeño, pero más fuerte; se pone de manifiesto su estructura y la
gente lo señala ¿y qué? Soy ágil, ligera, libre, bailo, salto y
caigo de pie. El corazón está abierto ya y la gente lo señala ¿y
qué? la inspiración me abraza, sonrío cuando duermo, tengo buenos
deseos, me sonrojo, me emociono y tengo esperanza, y la tengo siempre
conmigo.
La cabeza
está abierta ya, y la gente lo señala ¿y qué? Me da vida, vuelo,
volamos, me siento útil, aplaudo, también tengo miedo, me canso, me
enojo, lloro, pero me seco las lágrimas y vuelvo a sonreír. Los
ojos están abiertos ya y la gente lo señala ¿y qué? No se
necesita ser vidente, entiendo, lo noto, observo y si no me gusta lo
que veo lo digo o me alejo.
Mis
labios están abiertos ya para decir ¡GRACIAS! Por un año
maravilloso al que no le debo nada, un año que termino más
ilusionada que nunca, con la culminación de mi carrera, con el
corazón, las alas, la cabeza, los ojos y los labios abiertos; con
la esperanza de continuar lo que ahora empiezo y tener el corazón
iluminado, aún cuando se vaya la luz.
Lucía Olivares.
@Olivareslucia
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