domingo, 3 de marzo de 2013

Ser mujer...

... es un estado natural, algo que no decides, algo que siendo afortunada te permite respirar, hablar, escuchar, gozar de todos tus sentidos. La religión nos ubica como una parte del hombre, como una idea a partir de él, como la respuesta a una carencia de respaldo.
Se nos ha enseñado a ser mujer y tal vez no nos hemos cuestinado si nos gusta lo que aprendemos; para algunas es cómodo, esperanzador, una dicha, un elogio, suerte, bendición; para otras, una trampa, una atadura, como también es posible que existan mujeres que nunca se lo hayan cuestionado. A mi parecer, la feminidad es una característica hermosa, el ser delicada, el medir tus miradas, tu sonrisa, controlar tus movimientos, modular la voz, hasta caminar con desdén es un arte y es bellísimo, pero no te hace más mujer.
¿Un hijo? seguramente la maternidad explora y descubre el lado más natural y por lo tanto más humano de una persona, pero entonces, mientras no se es madre, ¿Qué tan mujer eres?, mientras tu cuerpo se autodescubre ¿Qué tan mujer eres?. Porque no creo que el maquillaje, los tacones, las fragancias dulces, el barniz en las uñas, todo eso que cuidamos tanto para agradar, aumente la calidad de mujer.

Si preguntamos ¿Qué es ser mujer? cada quien respondería distinto y sería lógico porque la experiencia define estos conceptos tan quebrados.
Mientras trabajo en la oficina ¿Qué tan mujer soy?
Mientras me encargo del hogar ¿Qué tan mujer soy?
Mientras me arreglo el cabello ¿Qué tan mujer soy?
Mientras conduzco mi coche ¿Qué tan mujer soy?


¿Qué sientes cuando dices "yo me siento muy mujer"?



Lucía Olivares
@Olivareslucia

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