sábado, 28 de julio de 2012

Hasta olvidar...


Podemos aferrarnos a olvidar aquello que anidó en nuestra cabeza y hospedamos sin permiso en el corazón, pudiera dedicarle días enteros, incluso inventar ejercicios, seguir estrategias y cambiar su nombre por otro para no traerlo siempre en los labios.

En la vida y en el tiempo podemos conocer, recordar y olvidar muchas cosas; definitivamente lo más hermoso es conocer, la melancolía podría cubrir los recuerdos y el olvido lo trae la libertad… ¡Lástima de ataduras!

Pero como dice Carlos Ruiz Zafón, un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia, y es que hay cosas que deseamos tanto, por las que luchamos tanto o que simplemente amamos de una manera inexplicable que se imprimen en tu mente convirtiéndose en una imagen indestructible. Podría dedicarle años, vida a su olvido, a su olvido o a cualquier otro,  o podría decirle adiós y conservarlo en mí… conservarlo mientras me conserve, mientras respire.

Quizás no importe lo que alguna vez haya hecho por mí, lo que haya dicho o peor aún… lo que haya escuchado; eso, eso puedo borrarlo si quisiera, pero hay marcas permanentes, aquello que inspira, aquello que te permite soñar, aquello que con tan sólo estar puede transformarte.  Aquello o aquel que te hace sentir de una manera distinta con seguridad te abrigará durante un par de meses, un par de años; pero quien une en mí la cabeza, el corazón y las palabras, tiene la certeza de una habitación con cerradura en este hostal.

Quien ha inspirado esa conexión… no se olvida.


Lucía Olivares.
@Olivareslucia

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