Lucía Olivares.
Con el corazón en la izquierda y la rabia por la derecha.
Con su mirada en mi rostro y mi mente en el recuerdo.
Que ni una lágrima basta, que ni una palabra entiende,
Que los nombres cambian y el tuyo permanece.
Extrañar pierde significado,
Tu presencia una sorpresa, no un regalo.
Tu asistencia un detalle, inexistente,
Tu mirada un lujo, indigente.
Por cobarde, por justo, por inhábil, por miedo… por ti.
Y este pensamiento, envuelto en sentimiento
Y este sentimiento sedentario y caluroso.
Las revelaciones se cansan, se lastiman,
Las intrigas que envuelves, me fastidian
Y tu archivo aquí dentro, no comprende.
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