miércoles, 28 de diciembre de 2011

Álbum de recuerdos.

Lucía Olivares.

Una foto que se funde en negro para volver a empezar…
La vuelta de hoja, el nuevo inicio, la vejez anunciada, un fin con puntos suspensivos. Tomemos hoy la foto del recuerdo, hagamos eternos los momentos, no… mejor volvamos a los rostros efímeros, sí, esos que pasan por tu vida cual vendedor ambulante, de esos que llegan, tocan y amablemente les das la entrada, toman un bolillo y se van, algunos pasan al comedor y beben café, uno o dos, se despiden como si las obligaciones forzaran sus manos a estrecharse de nuevo, pero no… desaparecen, olvidando todo o tal vez recordando de repente.
No sé cuántas veces reí, cuantas lloré, en cuantas ocasiones sentí ese temible calor corporal que me llegaba a la cabeza cambiando mi tez a un agobiante rosa al que la exageración denomina rojo… no sé, no existe número, pero la sensación late y profundamente. Solemos recordar momentos, no fechas, risas, no significados, miradas, no figuras, olores, no empaques, el frío que paraliza o te provocaba hacer todo más rápido para no pensar, el calor que te secaba cual toalla playera, la tristeza que hundió tus ojos, el temor que te hizo pensar tres días en un hecho de segundos, la persona que se había convertido en tu musa e incitaba tus manos a escribir, la canción a la que le robaste autoría, las horas al pendiente del celular que actualmente se disfraza de paloma mensajera, que habla, sonríe, besa, canta, grita… ¡Hace todo! Pero con el frío característico de la tecnología y de la soledad que quiere evitar, ese miedo a quedarnos y amarnos, el techo, tu techo, tu derecha, tu izquierda… la foto panorámica.
Tu mirada es el flash, el resto queda entre mis dedos, esa esfera invisible que gira en mi mente y viaja al corazón.
Mi querida fotografía… te vi y lloré de emoción. ¡Gracias!

sábado, 17 de diciembre de 2011

SIEMPRE VOLVEMOS

Por Lucía Olivares.
Hemos de andar por callejones, murallas y edificios, enfrentar la distancia, el tiempo, hacer amigos que en pocos días podrán ser causantes de tus temores y tus angustias, hacer amigos y reír con alguien distinto, hacer amigos y con ellos planes que podrán derretirse a la primer puesta de Sol; enamorarte… ¿Por qué no? Dos o tres veces en un mes, reservar una porción de mente para alguien nuevo, el porcentaje disminuye y aumenta el otro, el corazón se rompe y otra mano lo forma. De repente corremos y resulta insuficiente, a veces quisiéramos incluso alas para alejarnos del único lugar que nos otorga seguridad máxima. Volamos, pero aterrizamos siempre en el mismo sitio.
Somos libres, nos lo han dicho hasta el cansancio, somos libres y a veces olvidamos todas las elecciones que hacemos en un día.
Volver a casa… regresas y mamá siempre espera, vuelves y papá junto contigo, vuelves y ahí está tu mejor amigo. Imagino el mundo desde lejos, visualizo los hogares por la noche y cuando la luz se enciende salen todos y se distribuyen, van y viven, van y regresan como si un imán los atrajera. Nos sabemos libres, pero nos hacemos presos, siempre presos del amor.
…El ser humano es libre, pero la sociedad es cautiva. Seguimos una línea, juzgamos por apariencias, por sonrisas de pastas dentales, por las lágrimas del hambriento y el enojo de un trabajador público. Sonreímos cuando los demás lo hacen, cuando los demás nos miran, fingimos autonomía, fuerza y libertad, para encerrarnos luego a llorar junto a mamá. No, eso no me parece inteligente. Hace tiempo reflexioné sobre el hogar ¿A dónde quiero volver cuando las labores terminen? ¿A quién quiero ver cuando la noche se avecine? ¿Con quién quiero compartir no una, sino todas las noches? ¿Cuál deseo que sea mi caminar rutinario?  ¿A quién espero? ¿Quién me espera? ¿A quién le digo adiós con la certeza de que volveré? … estas también son decisiones, nadie sabe lo que ocurre en la calle que lleva por nombre uno de los estados del país, adornado por un número de tres dígitos. Nadie sabe porque has de regresar todos los días aunque sea únicamente a comer o a dormir, nadie sabe porque lloras cuando estás contigo y ríes al estar acompañado, nadie… tú tampoco.
La hipocresía muchas veces no se encuentra en unas palabras amables, en una genuflexión, en una despedida de frotación de manos. Permíteme decirte que la vida se vive, se siente y se piensa intensamente, que la libertad no es ir y venir, que la libertad es poder quedarte flotando, que la libertad es no tenerle miedo a volar.
… Mucho gusto.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

A FALTA DE AMANTES.

 Lucía Olivares.
“Todo individuo pertenece a una sociedad y por lo tanto está inmerso dentro de una tradición” … los seres humanos desde muy pequeños somos moldeados de acuerdo al lugar en que la cigüeña decidió liberarnos. Todos podríamos ser iguales de no ser por los factores circunstanciales a los que nos enfrentamos a cada instante, la forma de hablar, de vestir, de saludar, de comer, caminar e incluso de mirar fue aprendida en base a la observación y convivencia. Esta explicación tan básica y redactada de una manera tan sencilla por Hans - Georg Gadamer, es sin lugar a dudas  desencadenante de muchos de los problemas a los que se enfrenta la sociedad día con día; la violencia que viven muchos niños se va extendiendo y propagándose por todas partes, así como una plaga, así como una epidemia en la antigüedad, así como el mar sobre la arena. Lamentablemente, cada vez es menos frecuente que dicha propagación sea de amor y positivismo, lamentablemente cada vez es menos frecuente que la masa forme individuos ejemplares, nobles, emocionales y amantes, amantes sin importar de que... pero que amen de verdad.
Es sorprendente acercarte a alguien y preguntarle si es feliz, más del 90% de los cuestionados se asombran y se sienten atacados, ya que esta pregunta y sobre todo este estado cada vez está más alejado de la realidad. La rutina, los deberes, el orgullo, los prejuicios, la “sociedad” se aferra en amargarse la vida, justo como la obra realizada por Paul Watzlawick, donde se encuentran los consejos más adecuados y sobre todo más populares para no gozar la vida, para no disfrutar, para no sonreír, para no despertar.
“La función capital de la cultura, su verdadera razón de ser, es defendernos contra la naturaleza.” Y ¡Claro! La sociedad entera, la cultura, las tradiciones, los márgenes nos defienden a capa y espada de nuestra naturaleza, de lo que el hombre es y para lo que fue hecho. A falta de amantes, el mundo ha tenido que regirse por la ambición y el egoísmo, a falta de amantes comenzamos a actuar a medias, por la superficie, sin llegar a tocar las últimas  fibras, sin sentir intensamente el calor, sin enamorarse a la locura, sin vestir y hablar como el corazón lo dicta, sino como lo hace el de junto.
A veces decimos que la vida es muy difícil, que cumplir tus sueños es precisamente eso… ¡Un sueño! Que el príncipe azul no existe, que el trabajo ideal es una farsa, que siempre hay tormenta y no calma, que es difícil seguir viviendo. La vida podría ser muy fácil para quienes se dedican únicamente a amar, para quienes viven al día y resultar ilesos de él es una maravilla, para quienes dicen siempre lo que piensan sin importar las consecuencias, para quienes ríen con altavoces sin desear ser escuchados, para quienes lloran hasta quedar vacíos junto al mejor amigo, para quienes expulsan el coraje en el momento y luego vuelven con una sonrisa. Sí… así la vida sería demasiado fácil.
“Llevar una vida amargada lo puede cualquiera, pero amargarse la vida apropósito es un arte que se debe aprender.”
Paul Watzlawick.

jueves, 1 de diciembre de 2011

El amor es eso...nada más.

Lucía Olivares
     
          Lo que siento cuando lo miro o más bien al sentir su mirada… el amor es eso, un corazón  endulzado por el deseo, un corazón que no duerme, que no se cansa, que no respira.
          El amor es despertar sonriente, el brillo de mis ojos al pronunciar su nombre, mi angustia por su tristeza, mi saludo a cada despedida, su voz en mis oídos, su voz… El amor es lo que infla mi pecho cada vez que pienso en él, es el calambre en mis manos que llega hasta la cabeza, es parpadear tímidamente, es perderse mirando lo que no se ve. El amor es el espacio que el otro llega a ocupar en tí, es la transformación de su cuerpo en el tuyo, es la palpitación que quisieras controlar.
              Amar no es compartir espacio ni ideas, amar no remite a ataduras ni a lazos irrompibles, el amor es libre como nosotros lo somos, el amor es temporal como nosotros lo somos, el amor es completo o no existe. El amor, no espera caricias ni regalos, el amor simplemente desea seguir amando. El amor no es un beso ni un abrazo, eso sería un arrebato del corazón; lo que siento es más íntimo, por eso le escribo, escribo pensando en él, escribo mientras lo veo sentado en el sillón frente a mí… ahora sonríe y las emociones se apoderan de mi rostro. El amor es sentir todo por uno.
El amor es eso… nada más.