viernes, 27 de mayo de 2011

Hoy decido ser feliz.

De nuevo un día gris, de nuevo estas heridas que no puedo cubrir, de nuevo mis ideas nadando dentro de mi cuerpo, de nuevo esa magia que se ha convertido en brujería. Aquí estoy yo sin tu amor, pero atada a ti, sin tu cariño pero contigo, sin tu sonrisa pero  con tu burla, amando sin ser amada, suplicando sin ser escuchada, perdiendo siempre y tu sin ganar nada.
Decir tu nombre es gritar y callar, darte la espalda es tratar de escapar, mirar amando lo que un día me pudiste dar y olvidar esos ojos que sólo me han de lastimar… y sigo aquí,  soportando todo sin imaginar nada, esperando ansiosa tu llegada, preparando tu vida para que destruyas la mía, escuchando cada una de tus palabras y no responder a nada, sintiendo tu desprecio y mi inseguridad, observando tu partida y quererte abrazar, vivir todos los días restando alegría nada más, llorando tu cinismo mientras tu burlas mi verdad. Poner la otra mejilla para que me vuelvas a golpear, pues prefiero estas heridas que las llagas de mi corazón. Olvidarte… impensable, mi ambición es que algún día te acerques a mí, que me veas de cerca y observes mis ojos, analices mi mirada que te llevará a lo más profundo de mi alma, que veas en esos ojos una súplica de amor; deseo que me mires y mirarte igual, deseo que sientas como se agita mi corazón y que entiendas que este miedo algún día fue sólo amor.
Lo único con movimiento en esta habitación es ese reloj, faltan diez minutos para que regreses y he decidido que no quiero verte, he decidido que no quiero estar más aquí, he decidido quererme. Me voy, me voy ahora, me voy sin nada,  dejando las llaves para no volver jamás; ni una nota, ni el adiós, mucho menos una explicación. Estas son las últimas lágrimas que derramo por ti, hoy es el último día que siento que vivo sólo porque respiro, hoy es el último día que tengo miedo. Camino llena de incertidumbre, llena de mí, observo todo lo que había olvidado, me detengo y escucho, escucho al mundo y escucho mi voz. Camino segura porque he decidido ser feliz y sonrío y corro y salto ¡Soy yo! Aquí estoy, aquí estoy de nuevo conmigo y me amo, me abraza el mundo, me besa el Sol y tú te quedas solo, golpeando tu propio corazón.

La mujer le otorga al mundo la felicidad máxima, por eso debe buscar vivir esa misma felicidad.
¡No más violencia contra la mujer!

Lucía Olivares.

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