Por Lucía Olivares
El psicólogo Alejandro Monreal mencionó en entrevista para
el programa “A Media Mañana” que no deberíamos casarnos enamorados; esa
afirmación generó una reacción de extrañeza, puesto que por generaciones hemos
escuchado que “si no te casaras
enamorado, no te casabas”.
¿A qué se refería el psicólogo?
A que la sociedad, los medios de
comunicación, y ahora, las redes sociales, venden como amor, lo que en realidad
es la etapa del enamoramiento, esa que no nos deja ver la realidad de la otra
persona, esa que te tapa los ojos con una venda, esa que te hace cosquillitas
en el cuerpo, que te da alas y bloquea tus pensamientos. La noticia es, que como dice Rubén González
Vera en su libro “La Pareja Profesional”: El enamoramiento, también conocido
como amor inmaduro, es intenso, palpitante, efervescente, ¡pero! efímero.
El estado maniaco y la obsesión
del enamoramiento son causantes de esas “locuras que se hacen por amor”, y de
las que todos presumen como una entrega total hacia la persona amada. No se
miden los riesgos, creemos que sin la persona deseada nuestra vida carecería de
sentido; desayunamos, comemos y cenamos pensando en él/ella. Es un estado
fantástico en ambas definiciones: extraordinario e irreal.
El enamoramiento tiene muchos
síntomas y solo dos consecuencias: el amor, o el desamor, es decir, desistir,
rendirse ante la lucha incesante por la pareja.
El amor es un tema universal,
aspiracional, que conecta con cualquier alma, pero ¿es el amor de lo que hablan
esas películas encantadoras, esos cuentos de princesas? No. Es el enamoramiento
de principio de fin, las historias que terminan con un “y vivieron felices para
siempre” le dejan la responsabilidad a la última palabra, al “siempre”, a la
permanencia, al día a día.
Jorge Bucay dice que “Enamorarse
es amar las coincidencias, y amar es enamorarse de las diferencias”, con esta frase regresamos el primer punto. El
amor es también un deseo de descubrimiento propio a través del otro, nunca terminamos
de conocernos, nunca terminamos de vivirnos, pero la diferencia entre el
enamoramiento y el amor, es que, el primero ve lo que quiere ver, mientras que
el segundo ve lo que es, y aun así, se queda.
@Olivareslucia