Desde el comentario más
alentador, los buenos días de un tío, el meme más cruel o mejor dicho el
bullying en su expresión gráfica, la fotografía de una amiga que luce más
bonita que tú, la fotografía de una amiga que simplemente no debería existir,
la niña que piensa que manifestar sus decepciones amorosas la hace interesante
y popular, el niño que presume su borrachera de fin de semana y luego la cruda
del mismo fin de semana, las frases de libros que alguien pegó en una postal,
los videos de caídas o accidentes terribles, las fotografías familiares y de
nuevo las palabras de despecho que no caben en una red social, comentarios
excluyentes que pueden gustarte al mismo tiempo que una frase de la madre
Teresa de Calcuta.
Y sí, al parecer nos gusta que
existan parejas nuevas y también que se desmoronen, nos gusta que nuestros
amigos tengan moretones o que les regalen un coche, nos gusta saber que alguien
se quedó en casa porque está enfermo o que trabaja arduamente toda la mañana;
nos gustan las fotografías de viajes y también las del perro acostado en su
cama; nos gusta ver lo que los otros comen, nos gustan las publicaciones de “comida
balanceada”; nos gusta ver cuántas botellas se acaban nuestros amigos, nos
gusta ver cómo festejan a sus mamás los domingos; nos gustan las notas de
accidentes automovilísticos, nos gusta que las niñas lloren porque no las
quieren ni como amigos, nos gusta que la gente se asuste por detonaciones en la
noche, nos gusta que sea de día o que sea de noche.
Al parecer todo nos gusta…
Lucía Olivares.
@Olivareslucia
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