martes, 7 de mayo de 2013

Semáforo en rojo


           Medias negras bajo un short diminuto del mismo color. Treinta y cuatro grados a la sombra, ¿Y debajo de ese toldo?.
Ella marca el ritmo con sus caderas, no escucho nada y tampoco hay bocinas a su alrededor; efecto fallido de alegría, aplaude y flexiona sus rodillas, primero la derecha, luego la izquierda. Tres hombres en bicicleta pasan junto a ella, sigue bailando, alcanzan a mandarle besos tronados, de esos con final asqueante y  que rematan con un “chiquita” acosador; uno de ellos se queda atrás, gira su cabeza noventa grados, sin dejar de pedalear; la chica cree que se han ido y deja de golpear sus manos para tomar un descanso. El hombre ahora ha girado completamente su rostro, no deja de mirarle, ha avanzado más de quince metros.

No, no se cayó; el semáforo se puso en verde y el claxon de una camioneta lo alertó. Todos continuamos derecho y ella, sin música y sin ganas, siguió moviendo las piernas, temiéndole al peatón.


Lucía Olivares
@Olivareslucia

No hay comentarios:

Publicar un comentario