miércoles, 30 de diciembre de 2015

Somos el cielo y el infierno


Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso samurai desafió en una ocasión a un maestro zen a que explicara el concepto de cielo e infierno. Pero el monje respondió con desdén: "No eres más que un patán ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!"
Herido en lo más profundo de su ser, el samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó "Podría matarte por tu impertinencia".
"Eso”, repuso el monje, "es el infierno".
Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al monje la lección.
"Y eso", añadió el monje, "es el cielo":



Lucía Olivares.
@Olivareslucia

Somos almas de purgatorio, disputándonos un lugar entre el cielo y el infierno, movidos por nuestras emociones, estereotipándonos unos a otros por lo que decimos, por nuestras reacciones, por la manera en que nos hierve la sangre; hundiéndonos en los peligros de las pasiones o de los impulsos incontrolables.

No somos buenos, ni malos, somos el resultado de lo externo con lo que llevamos dentro, somos química; seres compuestos y complicados.

Somos historia y no está de más decir que lo fuimos… somos; así como somos, también, lo que seremos.
Soy historia desde la concepción hasta mi muerte, y llevo el tatuaje de las formas; de la forma en que mis padres me hablaron, de la forma en que aprendí a caminar, de la forma en que conseguí mi primer empleo, de la forma en que amé y me amaron; la forma en que eduqué a mis hijos, la forma en que viví la vejez y mi soledad. Todos hacemos lo mismo, estudiamos, trabajamos, amamos, comemos, la diferencia es cómo lo haces.

Somos una historia aislada, perdida, flotando entre la vida, complementando los tramas de otros, a veces destrozándolos, pero escribiendo siempre, siempre, aun cuando te quedes sentado en casa mirando girar el ventilador.

Fuego con fuego, quema; el fuego con agua se debilita; y el agua sola, tan indefensa y claridosa puede estropearlo todo. Somos materias distintas, con el poder escondido, con el poder incrustado en el punto más débil y delicado de cada ser. Somos fuertes en el hígado, en el corazón, en el estómago, en los pulmones, en la garganta. En nuestra debilidad está la fortaleza y en nuestra fortaleza la debilidad; por eso estamos ahí disputándonos un lugar en el cielo y el infierno, volviéndonos locos de emociones, queriendo a unos y aborreciendo a otros; por eso estamos aquí sintiéndonos incomprendidos, desesperados, ansiosos, con ganas de que otros sientan lo que estamos sintiendo.

El ser humano es la historia más interesante que existe, porque es única, porque es real, porque es continua, escrita por muchos y editada por el baúl de las memorias.


Somos historia, la más mágica de todas…



viernes, 18 de diciembre de 2015

¿Qué piensan las mujeres antes de dormir?


Lucía Olivares.

Qué piensan las mujeres antes de dormir… si es que dormir está en su lista de deberes, o será que pensar es la eterna y homicida actividad de las noches, de la cama, de los amaneceres…

“Las noches habitadas” de Alma Delia Murillo, habla de cuatro mujeres con insomnio, causado por distintas preocupaciones: la obesidad, la inexperiencia, los celos, inseguridades, tristeza, depresión, el trabajo, los hijos, el esposo, los amantes. La mujer contemporánea vive un mundo en el que es posible elegir, pero elegir significa renunciar y de la renuncia viene el reproche y del reproche el lamento y del lamento la ansiedad, la angustia, la desesperación. 

Claudia, casada con un hombre exitoso y una hija talentosa, se pregunta día y noche por qué dejó su profesión para convertirse en ama de casa, para servir a alguien más. Magdalena, la mujer de negocios, guapa, sexy, inteligente, está harta de los viajes y compromisos laborales, de llegar a casa y que nadie la reciba, de vivir sola y de alimentar su alma con amores pasajeros, de ser la querida de todos, aunque nadie la quiera.  ¿Algún día estaremos conformes? ¿Para qué tanta libertad si nos iban a generar estos vacíos existenciales, esas horas disfrazadas de lustros, esos relojes estáticos, esa realidad insatisfecha?

¿Eres Claudia? ¿Eres Magdalena? ¿O eres Carlota, la que se ve y no se gusta, la que se compara, la que reniega de su físico, la que quiere cambiar y no puede, la que aún no se conoce, la que sufre porque aun levantando la mano nadie la ve? ¿Tú quién eres? ¿Qué te quita el sueño?

Amar con ansiedad es amar mil veces, de una manera extrema e inquietante, es aferrarse a un amor duradero, es poner los ojos en todas direcciones y volar, atrapar, imaginar. Amar con ansiedad es angustiante, es como una manta que rodea tu cuerpo, es atraparte en algo vaporoso y dulce… Amar con ansiedad es pensar, día y noche… es pensar.

Qué piensan las mujeres antes de dormir… o cuando el sueño se ha interrumpido. ¿Qué piensan las mujeres mientras el bebé está llorando, mientras el marido ronca, mientras el novio está perdido, mientras el novio es imaginario? ¿Qué piensan las mujeres cuando quieren brillar y se sienten opacas, cuando están cansadas?
¡Qué piensan las mujeres cuando el despertador suena y no han dejado de pensar! ¿Qué piensas cuando ves tus ojeras en el espejo y por más que intentas no las puedes ocultar?

Hay mujeres como Dalia que se despiden de la vida porque se han cansado de luchar, pero hay mujeres que se aferran a la vida, se aferran a su cama, se aferran a sus sueños y que logran descansar.




sábado, 12 de diciembre de 2015

La sufrida de Frida

“Yo sufrí dos graves accidentes en mi vida: uno en el autobús que me tumbó al suelo… El otro accidente es Diego Rivera” Frida Kahlo




La primera artista mexicana en exponer en Paris; conocida por una vida trágica, llena de dolor y agonía, rodeada de importantes figuras de talla internacional, enamorada de su maestro, Diego, a quien le perdonó todo y de quien en silencio muchas veces se vengó.


Lucía Olivares.


La Casa Azul de Frida Kahlo, en Coyoacán, es uno de los museos más concurridos del país, recibe alrededor de 200 mil personas al año; un dato revelador es que ocho de cada 10 visitantes son extranjeros, lo que demuestra que es la artista latinoamericana más reconocida a nivel mundial. Más allá de los majestuosos y amplios jardines, de la arquitectura y el apego a sus raíces que se ponía de manifiesto en todas sus pertenencias, la propiedad encierra misterio, el misterio de una pareja de creadores que ganaron popularidad y reconocimiento en vida, contrario a lo que ocurre con la mayoría de los pintores en el mundo.


Su infancia interrumpida
“Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas…”
La infancia de Frida estuvo marcada por una sucesiva serie de enfermedades, a consecuencia de la poliomielitis que contrajo a los seis años de edad; esto la obligaba a permanecer en cama por largos periodos de tiempo, dejándole como secuela una pierna más delgada que la otra, además de una soledad inducida, le era complicado acercarse a otros niños, algo que en muchas ocasiones plasmó en sus lienzos.
En 1922 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México, dónde conoció a quienes serían los futuros intelectuales y reconocidos artistas nacionales. Sin embargo, el verdadero parteaguas de su vida habría sido a los diecinueve años cuando vivió uno de los más grandes accidentes que la marcarían por completo; el autobús  en el que viajaba colisionó con un tranvía, dejando a la pintora con graves fracturas de columna, clavícula, pelvis y costillas, su pierna derecha se fracturó en once partes y un pasamanos le atravesó desde la cadera hasta salir por la vagina, ella decía que esa fue la fría y atroz manera de perder la virginidad; Frida se sometió a 32 operaciones quirúrgicas que la obligaron a permanecer en cama y fue precisamente ahí, en su cama, para abatir el aburrimiento, que comenzó a pintar. Pintaba autorretratos, se plasmaba a ella y sus ininterrumpidos obstáculos para ser feliz.


El amor de Diego: El elefante y la paloma
Decir en todo es imbécil y magnifico. DIEGO en mis orines- Diego en mi boca- en mi corazón, en mi locura, en mi sueño…

Cuatro años después del accidente y con la intención de mostrar sus primeros trabajos, Kahlo buscó al muralista Diego Rivera en el edificio de la Secretaría de Educación Pública donde trabajaba realizando una serie de obras en los muros del lugar; Diego ya poseía fama y reconocimiento, no solamente como artista, sino como conquistador de mujeres, el típico Don Juan del mundillo cultural de México, y a pesar de las habladurías y de la diferencia de edad, Frida y Diego decidieron contraer matrimonio el 21 de agosto de 1929.
Su relación fue tormentosa, llena de infidelidades y desengaños, aunque también plagada de oportunidades y popularidad. Rivera era de esos hombres que se pueden adjetivar como “terroríficamente atractivo”, un hombre con cara de sapo y cuerpo de elefante, pero con el talento e ingenio que hacía perder la razón a cualquiera, principalmente a las mujeres de sociedad o a las más intelectuales del país. Frida lo sabía todo y lo plasmaba todo, así como su primer aborto que la dejó desconsolada y con ese sentimiento de soledad recurrente que la perseguía desde niña. Frida tomaba de cada experiencia o de cada desdicha, un motivo inspiracional para su obra, como lo fue “Henry Ford Hospital” y “Frida y el aborto”, donde dejó de manifiesto lo que por su cuerpo y su mente ocurría.
A pesar de las infidelidades y de la “mala vida” que Diego aseguró haberle dado a Frida, él siempre habló de ella como su gran y único amor; se convirtieron en un dúo misterioso y admirable, críticos y directores de trabajo del otro. Rivera solía describir a Frida como “ácida y tierna, dura como el acero y delicada como el ala de una mariposa. Adorable como una bella y profunda sonrisa y cruel como la amargura de la vida”, vida que él le había ayudado a vivir.





Su sexualidad
“Donde no puedas amar, no te demores”

Buscaba el amor en todas partes, para debilitar un poco de su sufrimiento, por eso no le negaba el afecto a nadie, era bisexual y al descubrir que entre las infidelidades de Diego se encontraba su hermana Cristina, la menor y más cercana a la artista, decidió vivir sus encuentros sexuales sin temores y aspavientos. Ambos se sabía infieles, ambos se celaban, pero también se perdonaban y respetaban su libertad.
Entre la lista de amantes de Frida se ubicaba Leon Trotsky, Chavela Vargas y Jaqueline Lamba, quienes fueron inquilinos de Frida y Diego en su casa de Coyoacán. A la lista se agrega el pintor alemán Heinz Berggruen, el fotógrafo estadounidense Nickolas Muray, el escultor Isamu Noguchi y José Bartolí.
Ahora, a Frida se le conoce como figura máxime del feminismo en México, por superar la tendencia machista de su tiempo y por su fortaleza ante el dolor; aunque hay quienes critican su postura permisible que llevó la libertad a libertinaje, usando el matrimonio como un puente profesional y no como un lazo de amor basado en el respeto. Frida fue una mujer impositiva, con una personalidad tan fuerte que llegaba a ser imitada en el resto del mundo; una mujer con una fortaleza externa impresionante, sin embargo en su obra muestra la debilidad interna que no la dejaba dormir.


El mundo y el apogeo
Yo aquí en Gringolandia me paso la vida soñando con volver a México.

Uno de los mayores logros y emblemas de la pintora mexicana fue exponer sus pinturas en el Museo de Louvre, en Paris, por una invitación del artista André Breton, mismo que la llevó a exponer a Nueva York. Frida era una figura imponente por su marcada identidad mexicana en todo lo que llevaba puesto y en todo lo que representaba. Actualmente, el rostro de Kahlo se ha convertido en un emblema, tal como la lengua de Kiss en las playeras negras,  o la bandera de Estados Unidos en los trajes de baño; la imagen folclórica de Frida se ha vuelto tan comercial que ya no se ve únicamente en los museos y galerías, sino en los escaparates de importantes marcas europeas, en boutiques y tiendas de ropa en línea, como símbolo de rebeldía y al mismo tiempo de distinción, esta tendencia representa en los diseñadores una manifestación del empoderamiento de la mujer. Ahora el rostro de Frida funciona, en muchas áreas, como un producto más de la mercadotecnia.
Lo cierto es que, en vida, Frida Kahlo no siguió ninguna tendencia, fue viviendo así como le fuera posible, con sus accidentes, sus estrellas, sus amores, con sus obras y con Diego.