Quisiera dejar de pensar en el instante siguiente, bañarme de incertidumbre a conciencia, dejar ir la idea de que todo tiempo pasado fue mejor o que el futuro vendrá a acomodar las piezas fallidas. Basta.
Creemos vivir contruyendo a futuro mientras morimos en el presente; deseábamos ser adultos para gozar de las libertades que ahora nos reprimimos. Por momentos, casi siempre, siento que la gente avanzó muy rápido y yo quedó atrás como una “simple” observadora; lo entrecomillo porque observar es el mejor recusos para el entendimiento y la no repetición.
No siempre he sido espectadora, también he caminado y he visto salir corriendo a muchos frente a mi. Hoy es esto, mañana puede ser completamente distinto.
No propongo que nos valga la vida, propongo dejar de presumir el presente como triunfo o condena.
En teorìa todo es más fácil. Se nos enseña tanto esperando poner en práctica como si la vida estuviera diseñada para todos exactamente igual. Sabiduría es la que adquieres tomando el control de tu vida en momentos inesperados. Fortaleza y flexibilidad para resistir y avanzar por los recovecos que encuentres.
Podría decir: Dichosos aquellos quienes han vivido lo que siempre creyeron, quienes no han tenido cambios en el guión, aunque – no lo sé – nada te quita la sorpresa y el orgullo de vivir una vida que jamás imaginaste y sentir que, al menos, en el presente, estás haciendo lo mejor posible al tiempo que descubres qué es lo que tienes que hacer.