Lucía Olivares.
Luciíta, ya cumpliste cinco años,
eres muy chiquita, pero la vida ya comenzó. Esta que ves
junto a ti eres tú también, veinticuatro años después. Mírame bien… espero que
te guste lo que ves; eso es lo primero que tenemos que agradecer ¡La vida! nuestra
historia continúa. Siéntete tranquila, tienes muchos permisos para equivocarte,
pero necesito advertirte algo.
Veo tu carita y quisiera contarte
el cuento más maravilloso, decirte que saltarás de alegría todos los días, que
todo lo se desees llegará a ti al tronar los dedos, que siempre que te veas al
espejo te encontrarás sonriendo, que no conocerás el piso porque no te vas a
caer, que en la medida que ames serás amada, que todos a tu alrededor verán el
mundo como tú lo ves, que todo lo que quieres será permanente, que solo
llorarás de felicidad; pero a ti y a mi no nos gusta decir mentiras.
Tú vas a contar historias
maravillosas, reales y profundas como tu mirada. Vas a llorar, no mucho,
muchísimo. Cada vez que algo te emocione, cuando te sientas contenta con lo que
hiciste en el día, cuando veas escenarios en tu mente, cuando sueñes, cuando
acaricies tu corazón, vas a brincar muy alto; cada vez que pases junto a tu
hermano y tu abuela vas a saltar y gritar ¡Soy feliz! Y eso lo aprenderás de
papá. De él también aprenderás a entregarte en todo lo hagas, a regalar amor al
mundo. No le tengas miedo a nada, Lucía. Eres mucho más fuerte que el miedo. Todo
lo vas a superar. No le tengas miedo a nada, Lucía, menos al amor. El amor es
fuerza.
Eres fuerza. Eres amor.
Tú vas a contar historias
maravillosas, reales y sinceras como tu sonrisa. Te vas a caer, no pocas,
muchas veces, pero no te acostumbres al suelo porque es ahí donde la gente tira
su basura, el cielo siempre es más limpio y claro. Mira hacia arriba y tendrás
paz.
Lucía, esto es importante: Nada
es permanente… tampoco las personas y, eso, probablemente es lo más difícil de
entender, por eso AMA, ama mucho. El mañana no existe. Solo hay un día, solo
hay una realidad y es esta, se llama hoy. HOY AMA. Nunca sientas miedo, ni pena
de decir lo que te indica el corazón. No te prives del regalo de amar, aunque
no parezca, esas almas necesitan escucharte. Comprende. Antes de hablar sitúate
en el lugar del otro y entiéndelo; la vida es complicada para todos y cada
quien actúa y decide con lo que tiene guardado en su bolsita. Ya veo que tú ya
tienes la tuya. Está muy bonita, Luchis. Rosa, obviamente. Te la bordó mamá. Te
ves muy bonita, ¿por qué te da pena que te diga que estás bonita? Sí estás. De esa
bolsita saca lo que no te guste, carga solo lo crees que te es útil, porque luego
te puedes cansar y no vale la pena. Mamá es una mujer muy fuerte, te lo va a
demostrar toda su vida. Recuerda que eres fuerza y eres amor.
Perdona, siempre perdona. La gente
no lastima con propósito, a veces está confundida, a veces tiene miedo, a veces
está triste o enojada, a veces no traen cosas bonitas en su bolsita. No los
juzgues, si Dios lo puso en tu camino trata de ayudarlos y, si no puedes, reza
por ellos, comparte algo de tu bolsita. Lo que tenemos y lo que sabemos es para
el servicio de los demás.
Estoy muy orgullosa de ti ¡SÚPER
ORGULLOSA! Tienes un corazón enorme. El amor es incondicional, no pide nada a
cambio. Lo vives, lo sientes. Hay miles de millones de mundos, construye el
tuyo, ¿Cómo lo queremos? Muy bonito, ¿verdad? Hay que empezar por nosotras. Sé la
persona que te gustaría conocer, sé lo que necesitas que los demás sean para
ti.
Y por último, escucha a tu
cuerpo, cuídalo porque es nuestro compañero de vida, nuestro conducto. Escucha
a tu cuerpo y a tu corazón, lo que sienten ellos sientes tú. Tú eres ellos. La cabeza
suele tener más mensajes de otros que propios. Escúchate a ti. Confía en ti. Tú
puedes. Tú sabes. Tú sientes. Cánsate, pero no te rindas. Te puedo decir que
hasta ahora hemos cumplido todos nuestros sueños ¡Chócala! No pienses tanto,
actúa. Sé libre y agradece la existencia de la gente que amas, porque todos
ellos te aman de regreso.
Le estamos echando muchas ganas. ¡Hemos
aprendido mucho!
Gracias por darle al mundo lo que
le das. Gracias por conservar esa ternura. Cada quien lo que trae en su
bolsita, revísala constantemente, busca lo que te hace falta y deshecha lo que
te hace el camino pesado.
Eres la autora de tu vida.
Dale al mundo lo que quieres
recibir.
Te quiero mucho
Lucía Olivares.