Juana la Loca, hija de Isabel la Católica y madre de CARLOS
V. ¡He elegido un chocolate sumamente complicado! ... eso pensé al
escoger esa barra de chocolate que parecía tan común, popular, indefensa y
deliciosa; después me enteré que su madre era una demente, mejor dicho, se
hacía pasar por loca en los momentos que más le convenía, celos, regularmente; por
si fuera poco, Juana se caso con Felipe “El hermoso”, dicen que es recordado de
esa manera por ser su único atributo… pobre hombre guapo.
Juana era la
tercera hija de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, “Los reyes
católicos”, quienes tenían un atractivo plan para la niña, ustedes saben, “política
exterior”, España necesitaba crear lazos con Francia y una boda era buena idea,
así que recién cumplidos los 16 años, Juana se casó con el hijo menor del
emperador; por fortuna de los ojos de la niña, él era hermoso, por desgracia
para su carácter, él era hermoso.
Y nos comemos el nombre y con él una historia.
Así pasa con las personas, somos resultado de las decisiones de nuestros antepasados; cuando se habla de que somos únicos seguramente se refieren a la historia que entrelaza vidas y caminos, que une países, genera riquezas, conflictos, lágrimas, hijos y más hijos. Infinidad de momentos conforman nuestro ser y por eso somos habitantes del mundo sin nacionalidad fija, por eso somos unión de apellidos y sobrinos de muchos vecinos, por eso somos tan complejos y tan disfrutables.
Lucía Olivares
@Olivareslucia