jueves, 28 de junio de 2012

Tu amiga la paciencia


¡Usted está seriamente equivocado! … fueron las primeras palabras que encontré al abrir de golpe un libro de Walter M. Germain titulado “El poder mágico de la mente”. Sí, sin lugar a dudas estaba en busca de respuestas y no fue precisamente lo que encontré.

Le llamamos psicología barata, nos reímos de ese tipo de libros y peor aún… de quien los lee, pero finalmente, la mayoría de nosotros hemos recurrido a ellos en algún momento de nuestra preciada existencia. Algunas personas son egoístas, otras avaras, despectivas, miedosas, crueles, flojas, superficiales, tercas, algunas son impacientes… como yo.

“¡Lucía! Quieres comerte el mundo”, pues sí, si me lo quiero comer y estoy pensando seriamente que me falta espacio para tenerlo todo conmigo. “¡Lucía! Hay más tiempo que vida”, ¿Perdón? ¿Cómo va haber más tiempo que vida? Veamos… la lógica indica que la vida se compone de tiempo y el tiempo que tengas será tu vida, así de simple. “¡Lucía! No corras, no sabes lo que pueda pasar mañana”, ¿Qué ridículo no? Así, o más trillado; por qué no entienden que si no corro ¡No voy a llegar!, sino corro… ¡No voy a llegar!

Hace un par de días salí a caminar por primera vez; en lugar de ver fachadas y coches, vi rostros, dije adiós y hola muchas veces, y después de mi encierro, de mis dolores de cabeza y mis interminables planes adornados matemáticamente… me sentí feliz… pero volví a pensar.

Y sí, sí quiero comerme el mundo, es una realidad, pero también sería importante disfrutar de esa comida, de la dulce gala a la que fui invitada y si me regalan el tiempo andaré a la par de mi vida. Siempre he dicho que si no corro no voy a alcanzar mis metas, eso me ha mantenido preocupada, pero hace un par de días salí a caminar por primera vez, por primera vez teniendo veintiún años; hace un par de días salí a caminar con ritmo, con decisión y si llegué… ligeramente cansada y con ideas frescas.

Si seguimos con frases trilladas recordamos que el que se enoja pierde, que el que espera desespera y el desesperado muchas veces se da por vencido.

¿Y si caminamos con paso firme todos los días?

Lucía Olivares
@Olivareslucia